*En el templo de Santa María Tonantzintla, en San Andrés Cholula, se realiza la adoración a la diosa Tonantzin y la virgen María, dos formas de ver lo divino
Guadalupe Juárez
San Andrés Cholula, Pue.- El templo de Santa María Tonantzintla es un tesoro que los habitantes resguardan de cualquier extraño, tanto que es imposible tomar fotografías en su interior y no queda más que recurrir a la memoria cuando se quiere recordar una de las iglesias más icónicas del país y el barroco poblano-mexicano.
Querubines con mejillas rosadas, piel morena, con penachos de plumas sobre sus cabezas y la cúpula principal en la que se representa el cielo de Tláloc, dios de la lluvia venerado por los indígenas, son muestra clara de la combinación de culturas, plasmadas en un recinto religioso.
Ubicado en la junta auxiliar de San Andrés Cholula, en este templo se logró concentrar la adoración a la diosa Tonantzin y la virgen María.
El templo se comenzó a construir durante principios del siglo XVI a cargo de los franciscanos, quienes tenían como tarea evangelizar a la población indígena, la cual por primera vez contribuyó a con las expresiones artísticas y religiosas en un templo, por eso los penachos, los ángeles morenos y las frutas que sólo existían en territorio cholulteca.
Al entrar al templo por una de sus entradas de arco, te inunda un olor a naranja, por los árboles frutales que se encuentran en el atrio, los cuales brindan sombra en este lugar donde el sol no da tregua.
Ahí, en ese atrio, había un cementerio, por lo que todavía permanecen monumentos funerarios labrados en piedra y talavera poblana, algunos donde resaltan los apellidos de origen náhuatl.
La cúpula por fuera está cubierta de talavera amarilla y azul, esta última en forma de estrellas y con una pequeña cruz al final.
Su entrada está custodiada por grupos de pobladores que son los mismos que explican la historia del recinto religioso y los detalles de cada espacio.
El retablo principal se caracteriza por sus columnas salomónicas, arquitectura que debe su nombre a la forma helicoidal, utilizadas en las columnas del templo de Salomón.
En la decoración se representan pasajes de la vida cristiana, como la pasión de cristo en el retablo de la Pasión, donde es posible ver la escena de la crucifixión de Cristo y la virgen María a sus pies.
Uno de los detalles más llamativos del templo es el tabernáculo o ciprés, donde se aloja la imagen de la Virgen María en color azul, con columnas salomónicas, rodeada de querubines y la imagen de San Miguel.
Los pobladores explican que la iglesia en realidad es una cruz, que representa los cuatro puntos cardinales.
La decoración en su interior ha llamado la atención de ladrones que han intentado saquear el templo, ya que hay objetos hechos de estuco, retocado con oro.
Por eso, los habitantes de Santa María Tonantzintla evitan que los visitantes tomen fotos, además que dicen que con esto incrementan las visitas de turistas, pues la experiencia de entrar al templo y no verlo por fotografías es una experiencia única e irrepetible.